El tiempo

Por Leticia Vera
El tiempo corre una carrera vertiginosa
hacia donde nunca llegará mi suerte,
no se detiene ante la súplica constante de mi voz
que quiebra su paso incansable,
derrotando la hora, el minuto, el segundo,
queriendo atrapar por un instante
el deseo inconsciente de lo eterno.
El pasado se transforma en olvido
y los rostros se desvanecen,
los momentos se alejan,
sólo quedan insignificantes retazos
de aquello que alguna vez tuvo importancia.
El alejamiento persiste a pesar de la sangre
que fluye en nuestras manos
que intentan retener lo que está ausente.
La pérdida constante nos oprime de dolor
y sólo el sueño se atreve a jugar con el tiempo
que mágicamente nos envuelve
en una telaraña de tinieblas
que entreteje nuestra muerte, que se acerca.
Quizás ella nos rescate
de esta prisión de tiempos y relojes,
y nos brinde la libertad para pensar sin medidas,
para actuar sin recuerdos e ilusiones,
para vivir sin morir a cada paso,
para no perder, para no dejar,
para no sentir la culpa del abandono,
ni dolor por lo que no regresa.
*Texto presentado en el Taller de Escritura de la Escuela Municipal de Beruti, que dirige el profesor Federico Tártara, y que se dicta Martes y Jueves de 18 a 20 hs.