Nora y Carlitos, unidos hasta el presente

Siempre nos ha resultado muy difícil agregar palabras a las que acompañan, desde la dedicatoria, cada libro que la Biblioteca Popular "Osvaldo Bayer" recibe cuando se cumple un nuevo aniversario de las desapariciones de Nora Alicia Larrubia y Carlos Segismundo Karis. Desde hace muchos años, cada 13 de septiembre, cuando la memoria de Nora y de su compañero de vida y militancia nos interpela, una prima de Nora dona a "la Bayer" (situada en calle Pellegrini N° 342 de Trenque Lauquen) un libro con historias significativas, de ésas que habría que tener en mente.
¿Qué relatos contiene el texto que María Emilia Cabrera acercó a la Biblioteca de la Comisión por los DDHH, al cumplirse cuarenta y un años de la desaparición forzada de Nora y Carlitos? Si dejamos hablar a la dedicatoria impresa y pegada en este libro imprescindible, lo sabremos:
“Si dulcemente por tu cabeza pasaban las olas
del que se tiró al mar
¿qué pasa con los hermanitos que entierraron?
¿hojitas les crecen de los dedos?
¿arbolitos
otoños que los deshojan como mudos?
en silencio los hermanitos hablan de la vez
que estuvieron a dostres dedos de la muerte
sonríen recordando
aquel alivio sienten todavía como si no hubieran morido.”
Juan Gelman
“Cazadores de poder”, otro libro de Marcelo Valko destinado a la Bayer y sus lectores, y a mantener vivo en la memoria colectiva el recuerdo de Nora Alicia Larrubia y Carlos Segismundo Karis, compañeros de vida y militancia, secuestrados y desaparecidos el 13 de septiembre de 1980 por miembros de la dictadura cívico-militar de Argentina de 1976 a 1983. No hay testimonios de sobrevivientes que los hayan visto con vida en algún centro clandestino de detención, tortura y exterminio de personas. Permanecen desaparecidos. Dicen que están muertos…
Sí, dicen que están muertos como dicen que dijeron sobre los hermanos de los pueblos originarios: “Dicen que dicen. Ellos dicen que nosotros estamos muertos. Ellos dicen que nos mataron y que ya no estamos […] Dicen que somos polvo, gusanos, lágrimas secas, que estamos enterrados, languideciendo en los rincones donde fuimos sepultados. Dicen que somos ausencias, que somos invisibles, que somos espectros. Dicen que dicen. […] Ellos dicen que estamos muertos. Nos explican las mil maneras de no ser. […] Creen que nos mataron porque nos exiliaron de lo cotidiano, que somos niebla, ausencia, silencio, nada. Para matarnos bien muertos nos desmembraron y rompieron nuestras carnes y perforaron nuestros ojos y violaron nuestras pieles. Sin embargo, nuestras muertes no están muertas. Sus sangres no descansan aunque están secas, los ojos miran aun rotos, los cuerpos se levantan aun desarticulados y las pieles tumefactas se aterciopelan y nos convidan a la vida y al erotismo. Aquí estamos mirando desde las miradas de los que son ausencias. Son tantos los que no están y están presentes, son caminos, faros, mojones.” Cazadores de poder, Marcelo Valko.
​Por fuera de la dedicatoria, habrá que decir, finalmente, que este libro es el segundo de una trilogía en elaboración (o, posiblemente, incluso tetralogía), y sigue a "Pedagogía de la desmemoria. Crónicas y estrategias del genocidio invisible". "Cazadores de poder: apropiadores de indios y tierras (1880-1890)", fue publicado por Peña Lillo-Ediciones Continente en 2015; al igual que su volumen precedente cuenta con el prólogo de Osvaldo Bayer, nada menos...
Resta exclamar, con la emoción y la admiración hacia estos luchadores por un mundo más fraterno, renovadas año tras año:
NORA ALICIA LARRUBIA: ¡Presente!
CARLOS SEGISMUNDO KARIS: ¡Presente!
¡AHORA y SIEMPRE!
Comisión por los Derechos Humanos, Trenque Lauquen.