Falleció el mendocino que permaneció 18 años en coma tras una avalancha en un recital de la Bersuit

Información General 14 de junio de 2021 Por NEP Cooperativo
Pablo Cordero tenía 38 años y desde hacía 18 estaba postrado en su hogar en San Rafael, al sur de Mendoza de donde era oriundo y donde recibió la visita de algunos músicos de la banda en varias oportunidades.
200373119_5700852396655020_6154463092514574959_n

(TELAM) El joven mendocino que había sido aplastado por una avalancha en un recital de la Bersuit cuando tenia 20 años, falleció anoche luego de haber estado 18 años en coma por las heridas sufridas en ese episodio en el estadio Pacifico de Mendoza.

Pablo Cordero tenía 38 años y desde hacía 18 estaba postrado en su hogar en San Rafael, al sur de Mendoza de donde era oriundo y donde recibió la visita de algunos músicos de la banda en varias oportunidades.

Según manifestaron hoy sus allegados, Cordero habría muerto tras sufrir un infarto.

El 12 de abril del 2003, el joven fue aplastado por una avalancha humana en el estadio cubierto de Pacífico, durante un recital de la Bersuit Vergarabat. 

El accidente ocurrió cuando fanáticos quisieron abandonar el lugar y Cordero, que tenía en ese entonces 20 años, cayó al piso y quedó debajo de la gente.

Cuando la víctima logró ser rescatada, se constató que había sufrido politraumatismos graves y un paro cardiorrespiratorio tras ser aplastado por los otros fanáticos y, aunque fue inmediatamente hospitalizado, siempre permaneció en coma.

EL RECITAL

Según informó el portal Infobae, en una nota de Noviembre de 2013, fueron condenados: "Gustavo "Pelado" Cordera, el Club Social y Deportivo General San Martín –propietario del estadio– y la Municipalidad de la capital. Todos deberán pagar $1.800.000 a la familia del chico".

Según el primer fallo de la Cuarta Cámara de apelaciones en lo Civil, el 12 de abril de 2003 en el estadio del club Pacífico había "no menos de seis mil personas", superando la capacidad del lugar. Tras el final de la presentación, "se produjo una avalancha en el interior del estadio, sobre una de las puertas de salida, y la masa humana cayó entre otros sobre el joven Cordero, que sufrió politraumatismos y paro respiratorio".

"La instalación de vallados transformó al portón de salida en un verdadero 'cuello de botella'", concluyeron los camaristas. Además, el hecho de que no hubiera ambulancias ni servicio de emergencia médica hizo que Cordero tuviera que ser trasladado al hospital en un patrullero.