Desalojo y acampe: Por ahora, una derrota para la comunidad

Derechos Humanos 02 de enero de 2021 Por NEP Cooperativo
Que haya una familia extensa obligada a acampar en la Plaza San Martín, frente al Palacio municipal, es una enorme aflicción para los protagonistas de este drama, pero a la vez constituye una enorme derrota para la comunidad de Trenque Lauquen, en general, y para el Estado municipal, en particular. Un comunicado de la Comisión por los Derechos Humanos de Trenque Lauquen.
carpas

Nadie puede ignorar lo difícil que es afrontar en carpa los rigores del verano, si no se trata de una salida de vacaciones. Porque la Plaza, que otorga máxima visibilidad al reclamo por una solución habitacional, no brinda, como sí lo hace cualquier camping, baños y otras comodidades básicas. No se llega a estar en carpa en una Plaza por "gusto", se llega por desesperación (es obvio, aunque no para todes los que se sienten en posición de emitir opinión, y descalifican sin intentar por un instante "ponerse en la piel" de los demás, que están desamparados).

"La familia de la Plaza San Martín" ha sido notificada de una imputación por ocupar el espacio público. Cualquiera con dos dedos de frente se da cuenta que la solución no será un desalojo con la fuerza pública. El Estado municipal debe demostrar que está a la altura de las circunstancias, esas que llevan a ocupar el espacio público por falta, aunque sea, de 1 metro cuadrado privado, propio. 

Esta familia extensa, que mediante varias carpas coloridas nos pone de frente al drama de miles de millones en el mundo, de cientos de miles (si no millones) en la República Argentina, es el fiel reflejo de una concentración de la riqueza, y por ende de la propiedad privada, que depara hectáreas y más hectáreas, casas y más casas, a los menos, y que a los más los arroja a la cruel "aventura" de penar alquilando, con suerte, o deambular a la intemperie. No se trata de "querer trabajar y obtener lo merecido a cambio": se trata de "trabajar los millones", invirtiendo en todo tipo de negocios (y negociados) en el caso de los privilegiados del sistema, o de "laburar a destajo" para no obtener más que migas, que no alcanzan siquiera para alquilar una vivienda desvencijada, en el caso de "los nadies", esa vasta mayoría que el mismo sistema aprecia menos (según escribiera Eduardo Galeano) que "la bala que los mata".


Trenque Lauquen se pone a prueba, con una familia que nos mira, desde el punto más céntrico de la ciudad, anhelando una respuesta que les permita volver a un verdadero hogar: ¿cómo responderá la pujante comunidad del Oeste bonaerense, siempre orgullosa de aquello que la diferencia de distritos vecinos?