En Trenque Lauquen, avanza un desalojo a familias que viola una ley provincial
Las penas son de nosotras.
“Vinimos las mujeres” aclara Alejandra, que se seca las lágrimas y repite qué bronca hijo… qué injusto todo. Enfrente de la Fiscalía, señala al cordón de las mujeres, que levantan sus cartulinas mostrando el No al Desalojo. “Allá está la bebé de dos meses… 12 nietos tengo” cuenta, y dice que “allá está la juanita” y se ríe al observar a uno de los doce tomando la teta en el cordón de la rambla, mientras su mamá pide a los gritos por el fiscal Iglesias.
En la puerta de la Fiscalía, un policía informa sobre los horarios en que pueden concurrir al edificio para encontrar una respuesta. Le explica a Alejandra que el horario es de 8 a 14, y Alejandra le dice que si volvemos mañana ya vamos a estar en la calle.
No baja nadie. Hay unos abrazos que envuelven el desconsuelo. “No nos caigamos” grita una de las mujeres más jóvenes y en una medialuna asamblearia se decide ir hasta la puerta de la Municipalidad. Cortan la calle y la vuelta al perro por un rato. Sienten en la piel el desamparo. “Nadie nos apoya” repiten.
El sol baja por los árboles que le hacen cerco al poder judicial y la injusticia se escribe en las pieles. Con grabadores apagados, se reconoce que es un escándalo lo que está por suceder. Hasta la propia secretaria de Desarrollo Humano, Cristina Ferster, anuncio que irá mañana al predio que se quiere desalojar para acompañar a las familias y con la intención de preservar los derechos y las integridad de las y los niños. "No nos dieron tiempo" reconoce, apuntando contra la orden judicial que le saca brillo a la propiedad privada y atenta contra la vida y los derechos de las personas.
Asoma Guernica y los posteos que hicimos, las banderas que levantamos. Pero acá no asoma nadie. Ausentes todxs. La dirigencia política mantiene absoluta coherencia. Llegan algunas mujeres más en bicicleta y se suman al reclamo. Hay unos cascos de moto que sacan chispas de rabia contra un tacho de basura. Se rompen los cascos, se rompen los cuerpos. Hay más abrazos. Imposible no llorar. Imposible no pensar que en Trenque Lauquen hay un puñado de gente que la tiene toda. En que hay baños de mansiones que son más grandes que las viviendas que quieren pasar por arriba con una topadora. En esta justicia que le dio a las familias un plazo de tres días para dejar sus casas después de 18 años. ¿Qué va a pasar mañana?. Quienes tengan algún tipo de poder para frenar esto ya lo están sabiendo hoy. ¿Qué van a decir mañana?.
Alejandra ahora habla desde la casa. Ya se fueron de la Fiscalía. Su voz se apaga por momentos. Pero una llamarada aparece cuando dice que “de acá no nos vamos nene, no nos vamos a ir, es todo tan injusto”.