Por Pablo Carabelli

El que no tiene escrúpulos, “la tiene fácil”…

El que miente, como manera sistemática de vincularse con los demás, no gasta energía en dotar de coherencia a sus actos…

El violento suele proyectar la intención de la violencia en sus víctimas…

Luis Miguel Etchevehere, ex presidente de la Sociedad Rural Argentina y ex ministro de Agroindustria del Gobierno saqueador de Mauricio Macri, “la tiene fácil”, ahorra energía cotidianamente cuando le piden que explique sus conductas reñidas con la ley y la República, y proyecta en los demás el ejercicio de su agresiva manera de “pararse en el mundo”.

Los “Etchevehere corruptos”, como denomina Dolores a sus tres hermanos varones, se rasgan las vestiduras porque la única mujer entre les cuatro que compartieron madre y padre se plantó, les dijo “Basta”, y los expuso en su falta de papeles, de escrúpulos, de verdades, y de intenciones de vivir en una sociedad civilizada, respetuosa de las leyes.

Los “Etchevehere corruptos” dicen respetar el ordenamiento jurídico. Lo que no expresan es que están dispuestos a acatar los fallos judiciales siempre que les sean favorables. Si un Juez, como Raúl Flores, les niega el desalojo de su hermana Dolores del predio “Casa Nueva”, y les impone una restricción de acercamiento al lugar, los tres no se acomplejan y arremeten cruzando camionetas, poniendo cadenas en la tranquera, y convocando a otros prepotentes a que vayan, si es posible armados, a defenderlos… de la Ley argentina.