Denuncian violencia policial contra un niño de 15 años: “Se turnaban para pegarle y le decían puto de mamá… fue una tortura”

Derechos Humanos 21 de octubre de 2020 Por NEP Cooperativo
Hay una denuncia en la Justicia que es investigada por el cuerpo especial de la Fiscalía a cargo de delitos de violencia institucional. Desde Comisaría aseguran que es la primera vez que ocurre un hecho como éste, pero desde 2016 la Comisión Provincial por la Memoria viene manifestando su preocupación ante los reiterados hechos de violencia policial contra niños, niñas y adolescentes en la ciudad. Y El Consejo de la Niñez de Trenque Lauquen había repudiado en su momento “un expreso avasallamiento de los adultos y las instituciones a los derechos de infancia y adolescencia”.
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Un niño de 15 años fue golpeado por policías primero en un galpón en el acceso a la ruta 5 y luego en la Comisaría de Trenque Lauquen, según consta en la denuncia realizada por Estela Dodatte y Román Jaleo, madre y padre de la víctima.

El hecho es investigado por el cuerpo especial de la Fiscalía a cargo de delitos de violencia institucional a cargo de Sebastián Vicente, luego de que el Fiscal Penal Juvenil, Martín Butti, tomara conocimiento de la situación.

No se trata de un hecho aislado. Desde 2016 la Comisión Provincial por la Memoria viene manifestando su preocupación ante los reiterados hechos de violencia policial contra niños, niñas y adolescentes en la localidad de Trenque Lauquen, en el marco de un relevamiento de casos “al detectar en cada uno una sucesión de prácticas ilegales y arbitrarias de la policía del lugar y el GAD”.

También, la reiteración de casos de violencia policial contra la infancia resultó en su momento en una declaración del  Consejo Local de Promoción y Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en la que se repudiaba “un expreso avasallamiento de los adultos y las instituciones a los derechos de infancia y adolescencia” en referencia a denuncias que tuvieron como víctimas a niños entre 14 y 17 años.

Tras la denuncia de un nuevo hecho de violencia policial que tiene como víctima a un niño de 15 años, tomó intervención el Programa de Justicia y Seguridad Democrática  de la Comisión por la Memoria. Y a nivel local la Comisión por los Derechos Humanos difundió un comunicado en el que advierte que “sucesos tan inadmisibles como el que se denuncia han venido pasando en Trenque Lauquen desde hace rato, varios expuestos en la Fiscalía, muchos otros no, por el temor a represalias”.

“Ahora estás en casita”

“Primero le pegaron en un galpón por el acceso del arco, de ahí lo llevaron al Hospital y después lo llevan a la Comisaría, donde le vuelven a pegar” relatan Estela y Oscar en charla con Diario Nep.

Cuentan que su hijo había sido perseguido por inspectores de tránsito y que al momento de alcanzarlo lo insultan, le dicen pendejo de mierda, le sacan la llave de la moto y una de las inspectoras le da un empujón. “Mi hijo reacciona y le tira con el casco, algo que no queremos justificar, pero la situación fue violenta desde que comenzó” advierte Estela.

Tras ese episodio, “uno de los inspectores lo tira al suelo y lo mantiene así hasta que llega la policía. Entran y le empiezan a pegar piñas y patadas, mi hijo tiene lastimado atrás de la oreja porque corrió la cabeza en la primera patada que le dieron… lo llevaron desde el galpón hasta el patrullero a la rastra… esposado con las manos atrás”.

El relato de la mamá y el papá del niño golpeado repasa minuciosamente los hechos, desde las 15.30 horas hasta las 21, cuando finalmente lo pudieron ver. Cuentan Estela y Román que una vez subido al patrullero su hijo es llevado al Hospital. Advierten que allí sólo le tomaron la temperatura y la saturación, y que cuando la víctima expresa sentir dolores en el cuerpo “no le dieron bolilla, le dijeron que no tenía nada”.

“Mariconcito, puto de mamá”

El viaje siguió rumbo a la Comisaría.  “Lo meten en un calabozo esposado y lo agarran entre tres policías, dos hombres y una mujer, y ahí le empiezan a dar. Le dijeron ‘ahora estás en casita, y acá vas a saber lo que es’. Le empiezan a dar patadas, piñas, lo agarran de los pelos. La mujer policía se le burlaba porque lloraba, lo insultaba, le decía que llore más fuerte, le decía mariconcito, puto de mamá”.

El hecho ocurrió pasadas las cuatro de la tarde del pasado martes 13 y Estela y Román recién pudieron ver a su hijo alrededor de las 21 horas. “Cuando aparece lo veo todo golpeado, le pregunto qué había pasado y no hablaba, estaba aterrado, y ahí me dijo que le habían pegado. Me acerco y le empiezo a ver moretones en el cuello, la oreja, las muñecas hinchadas” cuenta Estela.

Al observar las lesiones del niño y luego de confirmar que en el lugar se encontraba el comisario Bartolomé, pidieron una reunión con el titular de la comisaría. “Nos hizo pasar a su oficina, también estuvo el secretario del fiscal, y ahí el comisario admite que estaba golpeado, nos aseguraba que no sabía nada de lo que había pasado… raro porque mi hijo pedía ayuda a los gritos. Me dijeron que haga la denuncia y que vaya al Hospital, había una historia clínica que decía que no tenía golpes, pero después se pudo constatar que sí tenía golpes, le hicieron placas y le dieron medicación” explica Estela y exhibe un certificado médico del Hospital Pedro T. Orellana que dice con letras grandes Golpeado en la Comisaría.

golpeado

“Me aseguran que es la primera vez que pasa algo así. Fue una paliza, una tortura… mi hijo pedía auxilio y gritaba. Se turnaban para pegarle, mientras uno pegaba, la mujer le sostenía las piernas para que no se moviera, se burlaban porque mi hijo lloraba, les pedía un vaso de agua y se aparecía un policía tomando Coca Cola para provocarlo… yo no les tengo miedo, a mí no me van a callar, me van a tener que matar” advierte Estela.

El repudio de la Comisión por los DDHH

Aquí se transcribe el comunicado difundido por la Comisión por los Derechos Humanos de Trenque Lauquen:

El martes 13 de octubre, por la tarde, un menor de 15 años fue aprehendido en Trenque Lauquen luego de escapar con su moto de un control policial. Le adjudican haber insultado a los agentes de tránsito y usar su casco como elemento contundente contra uno de esos agentes.

¿La ley argentina permite en tal caso golpear a un menor de edad, dentro y fuera de la Comisaría? No, absolutamente no. Por lo tanto, de confirmarse lo que contó el menor a sus padres, y lo que la familia denunció luego en la Fiscalía de turno, estamos en presencia de un grave delito (apremios ilegales si se trata de golpes en la calle, torturas si se trata de golpes en la dependencia policial).

Según comentó públicamente Estela, madre del menor, había una primera historia clínica de su hijo que no denotaba la golpiza. Pero una segunda revisión médica en el Hospital habría confirmado la existencia de numerosos impactos en el cuerpo de su hijo. Estela dijo que incluso el comisario Sebastián Bartolomé admitió la existencia de golpes (hematomas, zonas rojizas en la piel del cuello y la oreja, por ejemplo), antes de que la familia se retirara de la Comisaría.

La Fiscalía de turno (a cargo del Fiscal Butti) aconsejó a los padres del menor la denuncia, que fue efectivizada. El Fiscal derivó rápidamente las actuaciones al Cuerpo de Instructores Judiciales, que debe intervenir ante hechos de violencia institucional. Es decir que ya se están siguiendo los canales legales correspondientes, y esperamos que el Poder Judicial avance decididamente en el establecimiento de las responsabilidades penales de los efectivos policiales denunciados (que hasta donde sabemos son dos agentes varones y una agente femenina, la cual, según cuenta Estela, se burlaba del menor en la medida que éste gritaba y sollozaba).

También la angustiada madre del menor protagonista de estos hechos refiere que tanto el Comisario Bartolomé como luego el Comisario Arregui le dijeron que "ésta es la primera vez que pasa algo así". Nosotros, con una experiencia de 20 años en la materia, replicamos que no es verdad, que sucesos tan inadmisibles como el que se denuncia han venido pasando en Trenque Lauquen desde hace rato, varios expuestos en la Fiscalía, muchos otros no, por el temor a represalias (el caso Morard, octubre de 2001, es paradigmático, pero no es el único, ni muchísimo menos). Coincidimos con el Fiscal Butti, en cuanto a que no constituiría una práctica sistemática, pero de allí a plantear que nunca antes pasó algo similar (como expresaron los Comisarios) hay un largo trecho. De modo que en vez de postular lo ocurrido como una excepción, los funcionarios a cargo de las fuerzas policiales locales deberían asegurar que este suceso, de confirmarse su extrema gravedad, será el último de la serie (no es sencillo, pero tampoco imposible: habría que capacitar e insistir internamente hasta el cansancio que todo/a integrante de "las fuerzas del orden" es el/la primero/a que tiene que respetar a rajatabla los procedimientos legales).