La Perla de Juan José Paso, una heladería con mucha historia.

Víctor Hugo Suárez, de 65 años, nació y vive en Juan José Paso, partido de Pehuajó, es el propietario de La Perla, la única heladería artesanal del lugar que, en pocos meses, celebra sus siete décadas de historia.
Al contar su propia historia de vida, el entrevistado da cuenta de la cultura e identidad de un pueblo bonaerense. Todo comenzó un 25 de mayo de 1951, cuando sus padres Víctor y Eva compraron el fondo de comercio de una masitería en Juan José Paso. Allí dieron apertura a un legado de sabores que se transmite de generación en generación,
En 1982, cuando falleció su padre, Víctor se hizo cargo del negocio familiar junto a su madre: “Con mi esposa aprendimos a trabajar con una sola mano, haciendo helados, pizzas y masas finas. Así me enseñó mi viejo. Cuando él tenía 9 años trabajaba en una panadería, y tuvo la mala suerte de que un día estaba limpiando una máquina que le cortó la mano”.
En un principio, no sólo se elaboraba helado, sino que también se hacían confituras, tortas, masas finas, facturas y pizzas. “Para fin de año me acuerdo que la cuadra se llenaba de gente que venía a comprar pan dulce. Hacíamos entre 700 y 800, era una fiesta”, recuerda Víctor.
Con respecto a los gustos de helado, aún perduran los seis que existían en su fundación: crema, chocolate, limón, damasco, dulce de leche y granizado, cuya receta fue todo un descubrimiento para los padres de Víctor. En la actualidad, elaboran alrededor de 30 sabores distintos.
La Perla no es sólo una heladería; a lo largo de su historia se constituyó en un lugar de encuentro para todos los habitantes de Paso. En sus comienzos, muchos se reunían a la mañana a disfrutar de un vermut; luego probaban sabores salados y dulces, y repetían la bebida a altas horas de la tarde.
Por otra parte, el entrevistado señala detalles sobre la ubicación de su heladería: “Nosotros vivimos pegados a una escuela. Las maestras, cuando citan el aula que está pegada a mi casa, dicen ‘en el aula de Víctor’”, relata entre risas. Cuando los chicos salen del jardín o del colegio van al negocio para disfrutar de algo rico. “Es un lugar donde, además de tomar un helado, los más grandes se quedan sentados afuera, charlando hasta altas horas de la noche. Son las 3 de la mañana y están ahí. Y enfrente está la plaza principal, así que van a la plaza, vuelven, se manejan”, comenta Víctor.
Víctor recuerda muchas anécdotas de su infancia. Una de ellas es la visita de sus familiares del conurbano: “Sabían venir mis primos de González Catán, de Villars y de El Palomar de vacaciones. Para ellos la heladería era una fiesta, era tremendo porque por día se tomaban como 15 helados. Siempre se acuerdan de los helados y de la plaza, que no está llena de juegos, pero tenés mucha libertad y todo el mundo te conoce”. La tradición familiar se renueva.
Hace 2 años, dos de sus hijos comenzaron a hacer delivery de pizzas. Víctor cuenta que los ayudó con algunos consejos y que con su esposa Mary se dedicaron por completo a la heladería. A raíz de la pandemia por COVID-19, por primera vez realizaron reparto a domicilio de helados: “Cuando empezó la cuarentena estuvimos cuatro meses cerrado. Nosotros cerramos más por precaución para nosotros y para la gente”, indica el dueño de La Perla .
Si bien Víctor no tenía la expectativa de que sus hijos continuaran con el negocio familiar, la historia de un espacio de referencia y encuentro para los pasenses continúa escribiéndose a través de los sabores de pizzas y helados “como los de Víctor”.
FUENTE: Cosas Mayores, Ministerio de Comunicación Pública de la Provincia de Buenos Aires.