Una Cooperativa que aumenta la angustia del pueblo

Información General 01 de julio de 2020 Por NEP Cooperativo
Las boletas de luz llegaron con aumentos desmedidos para la gran mayoría de hogares y comercios de Trenque Lauquen. Negocios que tuvieron que cerrar por la pandemia aparecen con consumo y algunos tienen que pagar el doble o el triple de lo que abonaban. La ciudadanía desamparada y la Cooperativa que ofrece cuotas como única respuesta. La dirigencia política, en pausa.
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Una remisería, un salón de fiestas y un gimnasio son algunos de los casos emblemáticos que resumen una situación de angustia y desesperación en medio de la crisis económica generada por la pandemia del coronavirus.

Los tres comercios tuvieron que cerrar sus puertas a raíz del aislamiento decretado en el marco de la emergencia sanitaria y hoy se encuentran con recibos de luz como si hubieran estado funcionando con normalidad. Y en algunos casos, con valores que superan lo que venían pagando antes de la pandemia.

Micaela Coronel es propietaria de un salón de fiestas en la Ampliación Urbana. En marzo, a poco tiempo de ponerlo en marcha, tuvo que cerrar por la pandemia. “Posterior a eso venían recibos de 400 y 500 pesos, cosa lógica porque estaba la térmica baja y no se utilizaba el salón, pero este mes me vino una factura de 2600 pesos con un supuesto consumo de luz que no existió y me vino más consumo que en mi casa” explica Coronel entrevistada por Diario Nep.

“Te empujan al cierre”

Remís 23 es una agencia trenquelauquense que abrió hace 2 años y medio. Soportó las políticas macristas y se mantuvo abierta a pesar de la profunda crisis económica generada por el neoliberalismo en el último tiempo. Hoy, sin movimiento económico en la calle, la agencia resiste a la crisis, pero estuvo cerrada el último mes. El trabajo bajó notablemente y casi no hay ingresos. “A mí me espera el dueño del local para pagar el alquiler, me esperan los trabajadores de la agencia a quienes estoy muy agradecido, me espera el mecánico… pero la Cooperativa no espera” se lamenta Gustavo Andiarena, propietario de la remisería.

“Se tomó la medición del 5 de abril al 7 de mayo, en mi comercio ese mes lo tuve prácticamente cerrado por la pandemia, me facturaron 4 mil pesos como si tuviese abierto las 24 horas los 30 días, me cobraron más que si lo tuviese abierto” explica.

Como si el golpe comercial no alcanzara, Andiarena recibió en su domicilio una factura con tarifa triplicada respecto a los meses anteriores. “Venía pagando entre 1700 y 1900 pesos y me facturaron 6200 pesos, no considero a esta situación como un problema personal, ahí está de nuevo la gente agolpada cagándose de frío en la vereda de la Cooperativa para ver si se dignan a solucionar el problema” relata.

El propietario de la agencia de remís recuerda que se trata de “un servicio público y concesionado” y advierte que “no son los dueños” del servicio. “Es una barbaridad que pase esto en esta situación de crisis donde el trabajo ha bajado, queremos respuestas, por qué hicieron este zafarrancho en estos meses de crisis, cuando la gente la está pasando mal social, económica y anímicamente, es una carga innecesaria hacia los vecinos, un despropósito” se indigna, y se muestra sorprendido que concejales, funcionarios y autoridades partidarias no hagan nada al respecto. “Los servicios te consumen y empujan al cierre” explica resignado.

Gimnasio cerrado, tarifa doble

Los gimnasios forman parte de los rubros más afectados en este tiempo. Por estos días pudieron reabrir sus puertas después de tres meses, pero el trabajo es acotado por el protocolo establecido. Cuando se veía una pequeña luz para la reactivación comercial, la tarifa eléctrica le mostró los dientes. “Tres meses con el gimnasio cerrado y ahora tengo que pagar el doble de luz?, ahora todos amontonados a reclamar otra vez. La gente sin trabajo y ellos cobran lo que tienen ganas” denuncian desde un gimnasio trenquelauquense.

A hacer la cola

Desde la Cooperativa Eléctrica emitieron hoy un comunicado en su página web en el que justifican la facturación del servicio eléctrico: “con motivo de la pandemia y las restricciones al personal para tomar los estados de los medidores, los consumos de abril debieron ser estimados en su totalidad (y también algunas rutas del período 03/2020), de acuerdo a lo dispuesto por Resolución Nro. 02/2020 del Organismo de Control de la Energía Eléctrica de la provincia de Buenos Aires (OCEBA) de aplicación en casos excepcionales, comparándose los consumos del período en cuestión con el  mismo mes del año pasado” señalaron desde la entidad. Al tiempo que invitaron a quienes fueron víctimas de aumentos desmedidos “a acercarse a nuestras oficinas de Servicio Eléctrico de lunes a viernes, de 8 a 14 horas, a los efectos de considerar su situación en particular y despejar las dudas que puedan tener al respecto”.

La brecha

Hay una distancia entre el pueblo y la Cooperativa que no es nueva. Es una paradoja, una contradicción, pero innegable. La entidad tiene el segundo presupuesto más alto del distrito después del Municipio y se ha mostrado insensible a los problemas  económicos en diferentes períodos. No hay crisis económica que afloje los cortes de luz. Pasó en el tarifazo del macrismo. Ocurrió el mes pasado, cuando se dejó sin energía eléctrica a 200 comercios de la ciudad en medio de la pandemia. Pasa hoy. Las respuestas son frías, justificaciones, papeles, cadena de mandos, jóvenes en la primera línea de batalla que distribuyen el discurso de quienes no aparecen cuando el pueblo hace colas en la vereda.

La población aparece desamparada ante esta situación. La ciudadanía encuentra en las redes sociales una descarga, una escucha, alguna contención, que no la encuentran en la dirigencia política, que hasta el momento no se ha pronunciado sobre la problemática. A tal punto que la Cámara de Comercio, una institución de perfil conservador, ha mostrado la sensibilidad social que no se encuentra hoy en otros espacios.  Desde allí se anticiparon a los cortes de luz del mes pasado, se presentaron proyectos en el HCD, se recorren comercios y se advierte permanentemente sobre la realidad que atraviesa el sector industrial y comercial en e l distrito.

Para el lado de ellos 

“Me llegó la boleta con el triple de lo que venía pagando, vine a reclamar y lo único que me ofrecen es pagarlo en cuotas, pero no es la solución, porque el mes que viene me va a pasar lo mismo, no tienen idea de lo que estamos pasando y no les importa” cuenta Eva a Diario Nep en la vereda de la Cooperativa.

Es un caso entre miles. A cada paso una historia, como la de Mariana, que pasó de pagar 1500 a 4500 pesos en su casa, y en su comercio de 12.000 a 18.000 pesos. Rocío cuenta que venía pagando 6 mil pesos mensuales de energía eléctrica  y en el recibo que le acaba de llegar le figuran 19 mil pesos.

La gente se refriega las manos en la cola de la calle Cuello. Decenas de personas esperan su turno para ser atendidas, aún sabiendo que la única solución será la oferta de un plan de pago. Se hace frente al frío, y a la realidad. “Siempre se equivocan en contra del pueblo, ni una para nosotros, somos perjudicados siempre” señala Alicia.

Griselda baja las escaleras de la Cooperativa y sacude la cabeza. No habla, pero su cuerpo está diciendo no. “Perdí toda la mañana para nada, me pidieron que entregue algo de dinero y que el resto lo pague en cuotas, me dijeron que no tomaron el estado… cómo saben cuánto gasté, te roban”.

La fila se inquieta al escuchar a Griselda, se mueve un poco, serpentea indignada. Y vuelve a la quietud. Espera el turno. Ser atendida. Para volver a casa, para ver si se junta el dinero para que no aparezca la tijera, pensar qué se puede hacer para patear el cierre del comercio para un poco más adelante.