Debates vacíos del héroe burlado

Por Jorge Cornejo
Consenso, pluralidad de voces, democracia, república, diálogo y DEBATE. Las palabras elegidas por el gobierno para dar la batalla simbólica, sin importar lo que estas palabras significan en profundidad sino por lo que suponen en la superficie. Ninguno de estos términos se sostiene cuando hay casi un 40% de pobres y cuando, hoy 12/09/2019, las organizaciones populares, los más pobres de nuestro país, salen a cortar las calles para acampar en reclamo de comida.
En 2015, el periodismo esclarecido en debates y afines, otrora gritador de “queremos preguntar”—no todos es bueno aclarar—, pero sí los arquitectos del acontecimiento, líderes de opinión, todos pedían, por el bien de la República, un debate. Pedían confrontar ideas, entusiasmados por los debates yanquis televisados, todos sedientos de argumentos. El panorama político periodístico de esos años estaba zanjado, como es de público conocimiento, por la queridísima y entrañable grieta. La Corpo vs 678, por desproporcionado que parezca. El debate presidencial pasó. ¿Conocemos las improbables resonancias que tuvo? ¿Salió Macri favorecido, Scioli perjudicado? En efecto, Scioli parecía un panelista de 678 y Macri parecía Macri. A la distancia y con el diario Clarin del lunes, podemos afirmar que Macri tomó la lista de promesas que surgieron del debate, y no sólo no cumplió ninguna, sino que además hizo todo lo contrario. En términos simbólicos, la veracidad de Scioli perdió frente a la credibilidad de Macri.
Casi cuatro años más tarde, el oficialismo acaba de lanzar un jugador nuevo a la arena del debate. Es un jugador “viejo lobo de mar”. Hay fechas confirmadas para los debates presidenciales; hay una ley que los rige (Ley 27.337), y los debates se hacen. Difícil para el presidente asociar panelismo a Alberto Fernández; más difícil aún decir, por ejemplo: no vamos a devaluar, ni aumentar las tarifas, vamos a bajar la inflación, etc. No digo que el realismo mágico del presidente esté sin iniciativa, ni mucho menos. Pero las condiciones objetivas de la pobreza generalizada pueden socavar muchos de los intentos por insistir con el embuste y la falacia. Es ahora cuando empieza a tallar la nueva incorporación. El vice. No hablo de G. Michetti sino del candidato a vice de Juntos por el Cambio: Miguel Pichetto. El candidato a vice de la derecha, antes —digamos el primer semestre de 2019— jefe de la bancada en senadores de la oposición, casi progresista, quiere hacer su juego. Como el soldado que salva a su pelotón tirándose arriba de la granada, lo vemos a Pichetto asumiendo la responsabilidad de las aventuras propagandísticas del Jefe de Gabinete.
A contra reloj, la senadora Elías de Pérez, del interbloque se senadores Cambiemos, presentó un proyecto para que por ley debatan también los candidatos a vicepresidente. Desde la oposición aseguran que el proyecto no tiene futuro. Sin embargo muestra la desesperación de la "intelligentsia" cambiemista por sacar del centro de la escena al presidente y poner a su nuevo héroe de campaña.
Los pobres y excluidos están reclamando una Ley de Emergencia Alimentaria y la respuesta desde el poder gobernante es un proyecto de ley para un Debate de Vicepresidentes.