Ahora que sí nos vemos

Por Lila Magrotti Messa
Por primera vez en mi vida viajé a un Encuentro Nacional de Mujeres y preguntando y conociendo éramos muchas las que andábamos vivenciando esa experiencia y esas preguntas ante lo desconocido, ante lo esperado, ansiedades y emociones encontradas. Nos han dicho miles de cosas sobre las primeras veces, sobre las virginidades, sobre nuestro cuerpo en relación al mundo masculino, las penetraciones y las etapas de la vida marcadas por esa bisagra, las sangres que emanamos, los modos en que nuestra dignidad se construía desde ahí, nunca nada sobre esto, sobre viajar con tus compañeras de militancia, con otras compañeras que construyen mundos posibles, conocer relatos de otros territorios que sostienen estas disidencias ante los fascismos, las crueldades, las pobrezas, las explotaciones, otras mujeres que construyen desde la organización, el goce, el deseo, las ternuras, las éticas, lo político, la revolución, espacios habitables entre tanto olor a facho festejando en las urnas, en las calles, en la televisión, en el poder judicial, en el Congreso. En Trelew se respiraba un aire distinto.
Este año en particular el Encuentro estuvo marcado por una lucha, por una puja, por un margen que volvió a estallar para reconocer nuestra diversidad, la heterogeneidad del movimiento que somos. Acá las diferencias lejos de debilitar, fortalecen. Porque hemos vivido muchos siglos con la costumbre de aniquilar lo que no cierra, lo que no encaja, lo que no es civilizado, ni razonable, ni lógico, ni útil. Nos han enseñado más que nada las artes de lo homogéneo, del modelo a seguir impuesto siempre por algo superior e inalcanzable. Y acá estaba la palabra nacional explotando como todo lo que nos encierra y nos pone un título en el cuerpo sin que podamos protestar, unas fronteras, unos modos de pensar, una cosmovisión, una forma de ser en el mundo.
El taller que trabajó cómo lograr cambiar el paradigma que nos intentaba nombrar fue sobre el de libre determinación de los pueblos que comenzó con un ritual a cargo de compañeras mapuches donde se debía pasar al centro de la ronda, colocarse ante una fuego intenso y quemar aquello que debía arder. Y así fue como se fue incendiando el ambiente que generaba una emoción desmedida, las voces se entrecortaban de a ratos y eran rugidos después.
Acá algunas de esas cosas que son ceniza:
"El feminismo será descolonizado o no será, por eso quemo a todo ese feminismo que no nos reconoce, que nos niega, feminismo sólo académico, blanco, de clase, no lo necesitamos, lo quemamos"
"Quiero quemar toda expropiación de nuestras aguas, el agua no se vende, se defiende"
"Quemar la vergüenza que nos generaron por ser quienes somos, por nuestras pieles, nuestros orígenes, nuestras cosmovisión"
"Quemar a las fuerzas represoras"
"Quemar la acultutarización"
"Grito por todo lo que nos han robado y quemo todos los saqueos"
"Quemar sus ideas impuestas, el robo de nuestras memorias, así como el agua limpia la tierra y la renueva, la sangre que cada mes nos limpia nos trae de nuevo nuestras memorias"
"Quemar el silencio"
"Quemar la desmemoria"
"Quiero quemar todas y cada una de las instancias de la justicia Winca"
"Quemar la propia indiferencia que desde el feminismo se teje ante nuestro pasado ancestral"
"Quemar a las petroleras y al fracking"
"Quemar a las docencias que nos han enseñado una historia falsa y que dicen que por obligación de un programa deben hacerlo"
"Necesito quemar estos 526 años de racismo"
"Quemar a Benetton y a todo lo que lo sostiene"
"Quiero quemar el dolor que nos generó llegar hasta acá, las luchas que pasamos con la comisión que organiza el encuentro, quiero poder hacer este taller, quiero irme sin miedos"
"Quemar la resignación a un estado nacional para que nazca la revolución".
Luego de la ceremonia y antes de arrancar el debate se pusieron de manifiesto algunas cuestiones centrales del momento político que se estaba construyendo:
"Estamos en territorio ancestral mapuche, proponemos que el Encuentro comience a llamarse plurinacional, queremos que haya reciprocidad entre los pueblos y armonía con la naturaleza. Día a día vemos cómo se impone un modelo de muerte, de saqueo, de contaminación, sabemos que eso no lo queremos más, a este modelo hay que quemarlo".
Durante el debate fueron quedando claras algunas ideas de los que nos convocaba allí, gracias a diversas intervenciones y propuestas para lograr cambiar el nombre del Encuentro. La moderadora dejó en claro que "tenemos que hacer historia, este taller que es la primera vez en las historia que se hace debe permitimos crear trazos nuevos, plumas del pensamiento, tenemos que lograr que el nombre del Encuentro cambie porque somos mucho más que una nación. Ningún pueblo oprimido se puede pensar por fuera de la clase, tenemos que recuperar las bases materiales del lugar donde vivimos, recuperar aquello que nos saquearon durante la supuesta “Campaña al Desierto”, recuperar el territorio apropiado por Benetton. Este es un estado burgués, hay que tirarlo abajo, junto con la desigualdad por color de piel, caerá la diferencia por género y por clases sociales. Queremos la libre determinación de nuestros territorios, de nuestra medicina, de nuestros cuerpos, de nuestra naturaleza, debemos derribar la matriz civilizatoria. Este encuentro en tierras ancestrales nos debe permitir pensarnos como nodo de resistencia, comprender cómo frenar a las fuerzas represivas que avanzan en nuestros territorios, por eso estamos acá".
El apoyo de múltiples sectores hizo palanca en el cambio de nombre, quedó claro que nos queremos Plurinacionales.
Otro de los talleres tenía como tópico pensar la crisis actual, allí se debatió en torno a la tensión entre la presencia y actualización de la crisis, cómo pensarnos y resistir ya, porque la crisis está siendo y cómo pensar de cara al 2019 las pautas para el gobierno que debería llegar. Se debatió en relación a la falta de candidatxs y los modos de construir representación, porque si bien este modelo no puede hablar en nuestro nombre fue electo y por lo tanto representa una elección de parte de la población. Entonces cómo pensar aquellos que se identifican y eligen este gobierno, qué acciones tomar ante ello, cómo pensarnos, cómo pensar a lxs otrxs. Qué tipo de democracia estamos habitando y qué podemos hacer dentro de ella, encender la alarma ante la implantación futura del voto electrónico, las posibilidades de fraude que eso conlleva.
Durante el taller, compañeras de Misiones contaron la situación alarmante de los tareferos, la explotación y la desprotección laboral que padecen, la pobreza que crece y ahoga en la provincia, los modos que encuentran para paliar el hambre, comedores que se abren en casas de vecinas, meriendas comunitarias, dolor ante el hambre que avanza. Ante ello se abrió la pregunta de cómo tomar acciones directas porque cada vez somos más pobres al mismo tiempo que somos más productivas, generamos más riqueza que es saqueada con más vigor. Se propuso hacer una movilización masiva el día en que se trate el presupuesto para poder establecer que los recursos deben ir masivamente a Educación, Salud, Cultura y no para las fuerzas represivas del Estado. Se propuso seguir pensando en los barrios qué hacer ante esta redistribución regresiva del ingreso y la importancia de la comunicación interpersonal con las vecinas del barrio para poder alertar sobre el contexto en el que vivimos y acompañar y fortalecer la reflexión.
Finalmente el Encuentro se terminó llamando Plurinacional y la diversidad de identidades fue incluida también en el nombre. Hay un rumbo que es una lucha que está todo el tiempo redefiniendo, que es reflexionada, que ante todo está viva, renombrándose, siendo, que va en miles de direcciones. Que incluso piensan hasta el modo en que se nombra a sí misma, el idioma que utiliza, que lugar le daba al colonizador en esa relación con el lenguaje, con las representaciones que vamos teniendo, definiciones múltiples, contextuales, de aprendizajes, hemos atravesado siglos siendo nombradas sistemáticamente desde afuera. Hasta dónde nos reconocemos, donde nos desreconocemos. La ampliación de esta denominación que anula la categoría de nación como unidad, como verdad, como civilización, como lo único posible.
Historizar el modo en que éstas categorías irrumpieron en los cuerpos, en las trayectorias, en la naturaleza, en el territorio. Repensar los nombres de lo que nos dijeron que debíamos defender, las fronteras que nos impusieron, los mapas, los modos de poder habitar un territorio, la forma en la que nos dijeron que debíamos existir es repensada como parte necesaria de este proceso histórico. Nos paramos frente a la ofensiva del capital financiero, su ajuste, los empobrecimiento, la soberanía alimentaria que nos drenan, los salarios de miseria, el avance feroz de las fuerzas policiales, la militarización de la sociedad y de la bocha, nos enfrentamos ante estos modos de construir subjetividades individualistas, consumistas, meritocracias de cajón, estamos gritando ante estas topadoras de derechos que se alzan en el mundo, ante la asquerosa articulación patriarcado, nacionalismo, capitalismo decimos basta. Se cuidan, se cuidan, los machitos, América Latina va a ser toda feminista, toda antifascista, toda poderosa.
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