“Si torturan a una maestra porque hace una olla popular, no me parece tan grave vender menos discos”

Por Juan Gatti
Pablo Dacal es de esos músicos que cuando los escuchas un par de veces ya se te pega en la mente y el corazón. Carismático e hipnótico, como los viejos trovadores, Dacal recorre el país con su guitarra ofreciendo conciertos y talleres. Un verdadero obrero de la cultura que aprendió a manejar la autogestión y las subversiones desde el arte.
NEP: Segunda vez acá pero ahora además del concierto viniste a dar un taller de Canciones ¿de qué las va?
- El taller se llama la canción del día y lo estoy haciendo desde que arranqué la gira hace unos tres años y pico. Tiene como premisa la idea de que cada día tiene una canción y que cada persona puede escribir una canción. Cosa en la que creo. Y parte de la idea de que escribir una canción no necesariamente se trata de elaborar un discurso sobre una hoja en blanco y empezar a poner ahí tus ideas sino que, como vivimos en una época y una sociedad atiborrada de información, a veces escribir algo que tenga el latido de lo cotidiano se trata más bien de quitar que de sumar. La idea de una escritura como una edición de todo lo que está.
Estamos llenos de palabras y sonidos ,en las pantallitas de los teléfonos, lo que ves en la calle, lo que está sonando cuando vas por ahí. Creo que se trata de organizar todo eso que tenés dando vueltas y encontrar esa canción que en ese día pueda estar latiendo ahí con vos.
NEP: Es como que la canción está ahí y uno sólo tendría que encontrarla entre la maraña de realidad.
- Todas las canciones son un poco así, sin embargo, me parece que solo algunas visiones muy perspicaces logran encontrar lo universal en ese momento. Lo infinito en ese estribillo que se te ocurre, también está el talento poético y el talento melódico, la curiosidad también, pero todas las personas pueden hacerlo, no es necesario tocar un instrumento porque una canción para mí es un entramado solido entre palabra y melodía, el resto es contexto, el resto son esas otras notas que generan la armonía o el pulso sobre el que se cabalga o la instrumentación que le da color a eso que se está cantando, de hecho una buena canción la podes cantar a capella y ya se sostiene sola.
NEP: Entiendo que esa es la manera en la que componés vos
- Masomenos, lo que planeo poner en circulación, como una posible enseñanza, también es una investigación, un poco tiene que ver con cosas que yo hago, con cosas que yo vi que otros hacen, con charlas con colegas, con otras clases que se dan sobre otras cosas o nociones que tienen que ver con la literatura, con el cine, con la pintura. También me parece interesante denotar la integración de la canción dentro de las expresiones artísticas.
NEP: Sería considerar la canción como un arte en sí misma
- La canción a veces es un poco un arte bastardo. Es por una lado la más exitosa de todas, la que más dinero y millonarios hizo, está todo el tiempo ahí y por el otro no se la considera demasiado, por ejemplo a la hora de hacer “becas” de la cultura no hay para canciones, hay para obras instrumentales y otras artes pero no para canciones.
NEP: De todas maneras las nuevas formas de circulación y consumo de obras culturales han hecho que se resalte la canción en sí misma, como obra acabada o única
- Si, pero siempre en términos del mercado, ahí lo que se denota es cuántos cliks tuvo o cuanta guita le hizo ganar a no sé quién. Eso que decís es un poco una vuelta a la época de los simples, pensá que antes de los LP solo había canciones. De la época de oro del tango, por ejemplo, no hay ningún “disco”, eran simples o discos que reunían esos simples. Se pensaba en canciones.
NEP: Hace un tiempo empezaste a organizar las giras en Argentina por regiones, ¿a qué se debe eso?
- La estructura de organización de las giras es simplemente práctica, y como me manejo de forma independiente es la única forma de que sea rentable. Yo toco para auditorios más bien pequeños, algunos más, otros menos pequeños, pero si voy a hacer un concierto a un lugar determinado y vuelvo no rinde. Además que me gusta el formato de gira que te posibilita también conocer más lugares.
NEP: Un poco producto de la época.
- Claro, Eso de ir a dar conciertos a un lugar determinado y volver lo pude hacer cuando había una política cultural más federal y de repente había contratos posibles para ir a Mendoza, Córdoba o algunos planes aislados en provincias.
NEP: En este sentido, ¿cómo ves la situación actual de la “cultura”?
- Ahora veo que los dueños de salas y bares están preocupados, como estamos todos. Sin embargo No me gusta la victimización de la cultura, me pone nervioso cuando la gente habla de “La Cultura”, me hace pensar en Pablo Echarri, “Trabajadores de la cultura”, qué se yo. Hacemos lo que hacemos. Y hay flacos que ponen bares y que generan auditorios en los que otros que cantan o hacen stand-up van y hacen lo suyo.
Estamos en problemas como estamos todos, no haría el foco en la cultura, no somos los más perjudicados. Es lo más visible, Si. Pero bueno, se está desmoronando una gran parte del país y en algunos aspectos eso lo podemos ver.
Si torturan a una maestra porque hace una olla popular o van a buscar a la casa a un flaco por algo que twitea, a mí no me parece tan grave vender menos discos.
Riesgo y subversión
Dacal nos cuenta que su acercamiento a Trenque Lauquen tiene que ver con Agus Voltta y especialmente con Mariano Llinas y Laura Citarella (El Pampero Cine) que hicieron el estreno nacional de su película “La Flor” en el Cine Barrio Alegre.
NEP: Has participado en alguna película de El Pampero Cine ¿Cómo es tu relación con esta otra expresión del arte?
- Mi relación con el cine es ésa, la de interés mutuo y azarosa, que me voy relacionando con gente que hace cine, o con poetas, pintores. Me interesan las personas que trabajan sobre una obra y en muchos casos me interesan más que los músicos. Quizás porque toda mi vida me relacioné con músicos de diferentes palos y hace unos diez años me encontré con que me divertía mucho más charlar de otras cosas que de música. Nunca fui particularmente melómano, lo soy porque hago música, pero no sé datos tipo “el flaco que grabó la batería en tal disco”. Igual, en general no soy muy enciclopédico.
La relación de la canción con el cine, el cine reúne todas las formas expresivas, entre ellas la canción aunque no es la que más utiliza. Hay muchas películas que no tienen canciones y otras que no tienen música siquiera.
Creo que las películas, las canciones, el freestyle y la historieta son las formas más acabadas y contemporáneas de expresión.
NEP: Esta relación con El Pampero Cine tiene algo que ver con la manera de gestionarse ¿no?
- Hay algo pólitico que nos une, pero ellos atentan contra la idea de “industria” y hacer eso dentro del mundo del cine es bastante subversivo porque está muy reglamentado. Eso también los obliga a ser un poco mercenarios en cuanto a que tienen que trabajar de otras cosas para realizar sus proyectos. Lo mío es una escala mucho más pequeña por lo tanto me permite ser más radical también, yo no voy a cantar para alguien que no quiero.
No cantaría para Macri por ejemplo, igual no es que me llamó (risas), pero no lo haría, voy haciendo una serie de cosas como para que no me llame ese tipo de gente. Que quede claro.
NEP: Esto de la subversión o riesgo desde lo artístico ¿dónde más los ves?
- Yo creo que no hay gente con un riesgo o subversión tal en la música como si lo veo en el cine con EL PAMPERO o la editorial MANSALVA en la poesía, personas que se carguen ese riesgo de poner un montón de cosas en juego, de juntar un montón de gente y de poner una obra en el medio que atente contra toda lógica contemporánea de lo usual y de lo que el mercado quiere.
En música aun veo proyectos que pueden ser interesantes políticamente pero que estéticamente son muy convencionales y algunos proyectos que son estéticamente muy riesgosos terminan estando subvencionados de otra manera y otros que son muy limites terminan quedando afuera de muchos circuitos. Igual hay cosas, NOSESO RECORDS es un sello muy interesante en este sentido.
NEP: ¿Pablo Dacal en que subversiones anda?
- En varias. Puntualmente estoy trabajando en un disco, lo estuve grabando todo este año. Tuve como un momento donde paré, venia de editar un disco por año y en un momento decidí mirar un poco todo. Saqué un disco que se llamó “Una década cantada” y un libro por la editorial Mansalva que son todas mis canciones de los discos ordenadas y tratar de mirar lo que hice. En realidad hace cuatro años que no saco un disco nuevo.
NEP: ¿Qué es lo que te llevó a frenar eso de sacar un disco por año?.
- Fue cuando empecé con esto de las giras, un poco que se juntaron muchas cosas: por un lado dejar de tocar afuera del país que fue una experiencia hermosa pero que se me hizo más difícil, un estudio con una profesora de canto muy poderosa y el empezar a mirar todo lo que había hecho. Quise dar un giro, si bien ya venía girando.
Las giras por afuera son las que me signaron ciertas dinámicas que yo me doy cuenta que son las que despliego acá. Yo pude hacer una gira por Alemania con una cantautora de allá y recorrer doce ciudades en un auto y cuando volví me dije ¿Por qué no puedo hacer eso acá? Vivía con pena eso de cierta manera y me puse a armarlo como podía. Había una manera de producirlo a escala como si fuese enorme. Eso lleva mucho tiempo que no son solo los diez días que salgo de gira sino que hay que planificarlo mucho. En el medio que iba arrancando eso arme un estudio de grabación en mi casa y justamente el proyecto más vivencial de este disco que estoy armando es esto de planificar y vivir, poder ir criando a mi hija, trabajando y en el medio ir grabando. Esto permitió que se vaya colando de manera diferente y más hondamente lo contemporáneo y cotidiano.
El plan es terminar la grabación de acá a fin de año, en el verano mezclarlo y en los primeros meses lanzarlo. La idea es presentarlo con una obra escénica-performance con música, como un concierto expandido donde además pasan otras cosas con las palabras, el espacio y con lo que tenemos para decir.
Pablo Dacal cierra la charla esperando poder presentar esa propuesta en Trenque Lauquen y mostrando que los riesgos y la subversión van de la mano, el arte como modo de resistencia, como relato de lo cotidiano. Como experiencia que junta personas y como dice en una de sus canciones “la vida del artista popular que no tiene lugar, no tiene principio, no tiene ataduras ni final, puede terminar pero su canción no callará”