Las dimensiones cotidianas del desastre educativo

Derechos Humanos 15 de septiembre de 2018 Por NEP Cooperativo
"Es bueno que haya diferentes formas de pensar respecto a las responsabilidades o funciones del Estado. Lo que está mal es mentir. Vidal miente" afirma la autora del artículo.
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Por Leticia Badino

Toca el recreo. Voy hasta el almacén de la esquina. Relojeo el teléfono. Toca el timbre para entrar. Cruzo la puerta de calle y con la vos quebrada le digo a una compañera: “Por un escape de gas, murieron dos compañeros de Moreno”. Entro a clases.

Estoy en casa, corrigiendo trabajos atrasados. Me llega un audio. Es Roberto Baradel anunciando que torturaron a una maestra. Se me caen los mocos. De odio y tristeza. Sigo corrigiendo, porque el trimestre cierra igual, a pesar de todo.

Me cruzo a una compañera en la calle. “Estoy haciendo unos trámites. Llegó un comunicado de SAD, en diciembre dan de baja a todo el personal con tareas pasivas. Y yo soy suplente de uno de ellos. Así que me estoy preparando para ver qué otra cosa consigo. ¿Vos sabés cuánta gente se va a quedar sin trabajo?”

Hay paro, otra vez. Me ajusto a la medida de fuerza. Veo autos en las escuelas. Mis hijas tienen clases normalmente. Muchas compañeras me dicen que les gustaría parar pero no pueden sostener los descuentos. Pienso que hace rato no sé lo que debería cobrar. Trato de hacer cuentas para ver cuánto me van a sacar el mes que viene. Nunca acierto.

Es de noche. Estoy afuera de la escuela. Comienzo a charlar con una compañera. Me dice que está tarjeteando la comida. Que no llega a fin de mes. Y que por primera vez tuvo que pedirle plata a una amiga. “Pero no se la pude devolver. Menos mal que la tengo. Somos amigas de toda la vida”.

Estoy a la mañana en la escuela. Salgo a la calle en el recreo y otra vez entra un whatssap. “Amenaza de bomba, de nuevo. Estoy re podrida”. Hace 4 meses que la vida de mi hermana y mis sobrinos está hecha un gran despelote porque en las escuelas a las que asisten, las amenazas de bomba son diarias. “En los secundarios, después de un par de horas los dejan retirarse. Al primario hay que ir a buscarlos. En los casos que hay algún club cerca, se los lleva ahí. Pero estas últimas 3 semanas también amenazan a los clubes. Así que los chicos están en la calle”. Esto es lo que pasa en Berisso. Hay días que hay amenazas de bomba en 3 o 4 escuelas. Otros, como la semana pasada, en 14 escuelas a la vez. Las familias se movilizan, los docentes están desesperados. Declaran la emergencia educativa, largan las fuerzas de seguridad a la calle. Las amenazas de bomba siguen.

Vidal miente. Sale en televisión inclinando la cara y endulzando la voz, para mentirnos a todos. No es cierto que les importe la educación pública. Ellos tienen otra visión de la función del Estado.

Hay un libro de 1998, escrito por Mario Quintana y Horacio Rodríguez Larreta, en el que Vidal figura como colaboradora. También figura como colaborador, Sanchez Zinny. Ese libro se llama Domando al elefante blanco y allí se sostiene, entre otras cosas, que no hay ninguna función del Estado que sea indelegable. Ni siquiera la seguridad, la defensa, la seguridad social o la educación pública.

Es bueno que haya diferentes formas de pensar respecto a las responsabilidades o funciones del Estado. Lo que está mal es mentir.

Vidal miente.

Vidal se educó en instituciones privadas.

Vidal cree que un Estado amplio es siempre ineficiente.

Vidal cree que los pobres no llegan a la Universidad.

Vidal cree que los trabajadores tienen que agarrar las migajas que tira y callarse la boca.

Vidal no está preocupada por las amenazas de bomba.

Vidal miente.

Vidal es responsable.

La educación pública está en peligro.